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Matrimonio
«Lo que Dios unió no lo separe el hombre»
Mateo 19:6
El fundamento de la familia
El sacramento del matrimonio -que como los demás sacramentos, fue instituido por Jesús- tiene una valiosa particularidad.
Así como en los otros sacramentos es el sacerdote o el obispo quien lo confiere, en el caso del matrimonio son el hombre y la mujer quienes lo otorgan, dando su consentimiento en presencia de Dios y de la Comunidad.
En realidad, el sacerdote y los demás invitados son sólo testigos de la aceptación de la vocación de la pareja, de su entrega mutua y de su compromiso de amarse y respetarse cada día, de aceptar a los hijos que Dios les dará y de educarlos en la fe católica.
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5 ideas sobre el matrimonio católico
1. Es una vocación. El matrimonio es una vocación, una llamada de Dios, en la que los esposos se aman mutuamente, se entregan el uno al otro, se comprometen y se ayudan a lo largo de toda la vida. Como dijo San Juan Pablo II en la Audiencia General del 18 de agosto de 1982: "El matrimonio corresponde a la vocación de los cristianos sólo cuando refleja el amor que Cristo Esposo da a la Iglesia, su Esposa, y con el que la Iglesia (a semejanza de la mujer "sometida", por tanto plenamente entregada) trata de corresponder a Cristo".
2. Desde el amor, es la base de la familia. El matrimonio se fundamenta en el amor y se convierte en el espacio creador de la familia cristiana, donde los hijos son acogidos como parte de ese don y de esa llamada a dar vida.
3. Es indisoluble. Jesús, al instituirlo, lo hace como un compromiso para toda la vida. El matrimonio católico no puede disolverse. De hecho, cuando se anula un matrimonio es porque nunca ha existido tal sacramento.
4. Confiere a los cónyuges la fuerza del Espíritu Santo. Aunque la sociedad insiste cada vez más en que es lo mismo no casarse que el matrimonio civil, esto no es cierto. El Sacramento del Matrimonio confiere a los esposos, por medio del Espíritu Santo, una fuerza especial.
5. Los anillos no son indispensables. Aunque no son parte del rito matrimonial católico, son un símbolo del compromiso de los esposos y un signo distintivo frente a los demás.